Cuando una persona o una familia acude por primera vez a una clínica de logopedia, es común que sienta preocupación o duda sobre la calidad del servicio que va a recibir. Esto es totalmente normal, ¿quién no desea el mejor tratamiento posible para su pariente o para sí mismo? ¿Quién no quiere que su inversión económica tenga buenos resultados?
La logopedia, como la mayoría de las profesiones, cuenta con un código ético que determina cómo deben actuar los trabajadores. En el apartado de referencias se encuentra el documento redactado por el Colegio de Logopedas de Madrid. Pero, al margen de ello, os dejamos por aquí una serie de indicadores de profesionalidad:
- Que esté colegiado: Esto quiere decir que el profesional paga una determinada cantidad al mes o al año para formar parte de la institución que ampara su trabajo. Si el logopeda presenta su número de colegiado, se tiene garantía de que tiene el título necesario para ejercer, tiene cobertura del seguro de responsabilidad civil, más oportunidades para seguir formándose,
- Que su Currículum Vitae esté publicado en la página web de la clínica en la que trabaja: Aunque sea una versión resumida, tener acceso a esta información permite conocer la especialidad del profesional, su formación complementaria y la experiencia laboral previa. En Ceyse Psicólogos está disponible la información de todos los compañeros de equipo.
- Que explique de manera clara los temas vinculados a la administración de la clínica: Según llega un paciente o una familia a la consulta, es necesario que firme un consentimiento informado y de permiso a la clínica para trabajar con información sensible vinculada a la salud de los usuarios. El logopeda también debe informar sobre la forma de organización, el número de sesiones y su duración, los precios de las mismas, etc.
- Que realice una evaluación inicial o trabaje sobre la evaluación realizada por otro profesional: La base de una buena intervención se encuentra en un buen diagnóstico o delimitación clara de los problemas detectados. Para ello, es necesario administrar una serie de pruebas estandarizadas, combinadas con la observación e interacción natural con el paciente.
- Que planteen explicaciones del problema: Aunque sea de manera hipotética, es buena señal que indiquen cuáles son los procesos subyacentes a los errores o problemas detectados en la evaluación. Sobre este planteamiento inicial se elabora el tratamiento. Ojo, este diagnóstico puede tardar en llegar según el caso.
- Que explique el enfoque desde el que trabaja: Una vez hecha la evaluación, el logopeda especifica una serie de objetivos a abordar a medio-largo plazo, junto a las estrategias que va a emplear para conseguirlos. Es buena señal que comunique cuáles son las metas que considera prioritarias, cuáles más secundarias y qué progresión espera realizar. Por otro lado, indicar las herramientas de trabajo permite verificar el grado de evidencia científica asociado a las mismas.
- Que mande tareas para casa: En la mayoría de los casos, la intervención en la consulta resulta insuficiente. Será necesario complementarlo con un trabajo realizado en el contexto natural del paciente (con la familia, en la escuela, etc).
- Que se coordine con otros profesionales o tenga en cuenta la información proveniente de los mismos: El trabajo multidisciplinar es la única manera de analizar de manera global un caso clínico. Por ejemplo, si se llega de otra clínica, es necesario que el logopeda trate de contactar con su colega para informarse. Y, fuera de esta profesión, muchas veces hace falta pedir informes a neurólogos, pediatras, ORLs, psicólogos para descartar alteraciones concretas. Por último, es clave que, en caso de atender a población infantil, el logopeda hable con el profesor, AL o PT para remar en la misma dirección a lo largo del curso.
- Que haya una mínima previsión del tiempo que va a durar la intervención: Es imposible saber con certeza cuando un paciente se va a recuperar o va a alcanzar el nivel deseado debido a la cantidad de variables personales y contextuales que entran en Pero es bueno que el logopeda de un tiempo estimado inicial o, por lo menos, que advierta de la larga duración del tratamiento debido a la complejidad del caso.
- Que prepare un informe al terminar la intervención: Un informe es un documento, firmado por el logopeda, donde se indican los datos personales del paciente, el motivo de consulta, la evaluación realizada y lo que se ha hecho para tratar de solucionar el La información debe ser escueta, pero con el detalle suficiente para que otro profesional pueda comprenderlo y analizarlo.
- Que haga seguimiento del caso tras dar el alta: Aunque sea por vía telefónica, es bueno que el profesional contacte, en un intervalo temporal cada vez mayor, para saber si ha reaparecido algún problema, si han surgido nuevos o si los resultados de la intervención se mantienen.
Como conclusión, lo más importante de todo es sentir que el profesional transmita confianza y que no tenga problema en resolver las dudas de los clientes. En Ceyse Psicólogos contamos con muchos profesionales que se esfuerzan por ajustarse a estas directrices.
Autor: Jaime Sánchez-Herrero Gallego, Departamento de Logopedia
Referencias:
Colegio de Logopedas de Madrid (2009). Código Deontológico: La profesión de logopeda se rige por un código ético. Disponible en: https://colegiologopedasmadrid.com/colegio/codigo-deontologico [2023, 15 de agosto]