¿SABÍAS QUE MUCHAS DOLENCIAS FÍSICAS TIENEN MUCHO QUE VER CON NUESTRO ESTADO PSICOLÓGICO? LO QUE DEBES SABER ACERCA DE LAS SOMATIZACIÓN.
“Escucha a tu cuerpo, es más listo que tú”. Esta frase tan corta está cargada de mucho significado. Y es que mente y cuerpo son uno, ambos están conectados de forma que los procesos psicológicos que vivimos tienen una repercusión en nuestro físico.
Los psicólogos conocemos estas relaciones y trabajamos en el abordaje psicológico de procesos dolorosos que son muy frecuentes en las personas en nuestra sociedad.
El término “somatización” hace referencia a la aparición de síntomas físicos de manera recurrente y sin causa orgánica conocida, que interfieren de manera muy significativa en la vida laboral y personal del que lo sufre. Al no existir una causa física para esos síntomas, los tratamientos médicos convencionales no siempre son efectivos por si solos.
Muchas personas desconocen que la causa es fundamentalmente psicológica, y por lo tanto sufren durante grandes periodos de tiempo estas dolencias, generándoles un nivel de frustración importante debido a que los tratamientos médicos, fisioterapéuticos, homeopáticos, etc., puestos en marcha, terminan siendo “paliativos”, ya que reducen el dolor en el momento en que se aplican, pero este dolor vuelve a aparecer al poco tiempo de manera recurrente.
Al propio dolor, se le acaban sumando emociones como frustración, desesperación y desesperanza, derivadas de dicha recurrencia.
Algunos de los síntomas y dolencias más comunes son:
• Migrañas, el bruxismo, acúfenos, fatiga crónica, etc.
• Molestias gastrointestinales (diarrea, estreñimiento, vómitos, gastritis, hinchazón, con irritable, etc.)
• Tensión muscular (cefaleas tensionales, dolores de espalda y cuello, dolores en las extremidades, debilidad muscular, etc.)
• Molestias o dolores durante las relaciones sexuales
• Afecciones cardiopulmonares (dificultad para respirar en reposo, palpitaciones o ritmo irregular del corazón, dolor de pecho, etc.)
• Enfermedades autoinmunes (fibromialgia, entre otras)
Los psicólogos analizamos los factores psicológicos que facilitan esos dolores, ya que conociéndolos podemos intervenir para regularlos o eliminarlos.
El desconocimiento de la existencia de causas psicológicas que originan y modulan el dolor, hace que pocas personas acudan a un profesional de la psicología y alarguen su agonía al sufrir las somatizaciones.
Dos de los procesos emocionales que intermedian en la aparición de dolencias son:
• Ansiedad y estrés: periodos mantenidos de estrés dan lugar a la secreción de hormonas como la ACTH que a su vez facilitan la liberación de diferentes sustancias que afectan a órganos diana (sistema digestivo, sistema inmune, sistema endocrino entre otros), produciendo supresión del apetito, irritación gástrica, supresión de mecanismos inmunológicos, inhibición de la actividad reproductora, y otros síntomas.
• Tristeza: las personas con periodos de tristeza sostenidos en el tiempo, son más propensos a sufrir dolores crónicos y somatizaciones derivadas de su sintomatología depresiva. Del mismo modo ocurre en sentido contrario, ya que, tal y como se ha mencionado anteriormente, las somatizaciones mantenidas en el tiempo sin abordaje psicológico, producen altos niveles de frustración, desesperación y tristeza.
Existen tratamientos psicológicos específicos y eficaces para las somatizaciones. Las intervenciones son personalizadas en función de la evaluación psicológica y de la patología. Algunos de los objetivos de intervención son:
– Regulación emocional y del dolor
– Manejo de los procesos atencionales que agravan el dolor
– Gestión de la ansiedad y estrés
– Promoción y monitorización de la persona en la incorporación de hábitos saludables que reduzcan el dolor
Por lo tanto, una vez descartado el origen orgánico de las dolencias, ponerse en manos de un psicólogo será fundamental para evitar que las somatizaciones se agraven, cronifiquen y generen mayores limitaciones.
No obstante, aunque no se padezcan somatizaciones, en el transcurso de cualquier enfermedad médica, especialmente si se trata de procesos largos, degenerativos o crónicos, es imprescindible un buen abordaje psicológico para el correcto afrontamiento emocional de la patología tanto por parte del paciente como por parte de su entorno más cercano.
Este correcto afrontamiento psicológico resultará crucial para la adaptación de su estilo de vida a la condición médica que presenta o bien para su recuperación.
Autora: Vanesa Fernández (Equipo Psicología Clínica en Ceyse Psicólogos)