La depresión un problema complejo
Lo que siento es indefinible, consiste en una mezcla de tristeza, amargura, remordimiento, angustia, desolación, pena, congoja, desesperanza, apatía, conciencia de incapacidad , sentimientos de culpa. Es como un desgarro en el alma, como cuando pierdes a un ser querido, pero sin que esto me haya sucedido. Tengo además muchos remordimientos, por el daño irreparable que estoy haciendo a los que más me quieren, e incluso a mí mismo».
Este relato refleja la realidad de las personas que tienen depresión. La depresión es uno de los principales problemas del mundo actual. Es el trastorno psicológico que más afecta a la población en nuestros días. Según datos de Blaker, Ciare y Weiss man (1987) afecta del 2 al4% de los hombres y del 4 al 9% de las mujeres. El trastorno de depresión se puede producir a lo largo de toda la vida, pero el inicio se establece entre los 18 a 44 años, siendo el intervalo entre los 25 a 34 años el de mayor ríesgo para desarrollar depresión. Parecen verse más afectadas las mujeres que los hombres, siendo la proporción de tres mujeres por cada hombre.
Podemos afirmar con certeza que el término depresión forma parte de nuestro lenguaje cotidiano, empleándose para describir una amplia gama de estados de ánimo. Quizá por esto resulte tan difícil definir un concepto que ha superado el ámbito clínico para convertirse en una realidad cotidiana y popular. Desde un punto de vista estrictamente clínico, ha de diferenciarse la depresión de las sensaciones de infelicidad, abatimiento, desmoralización y desánimo que se presentan en el transcurso de la vida de las personas y pertenecen a sus reacciones o estados vivenciales normales.
¿Qué entendemos por depresión?.
El elemento esencial de la depresión es la tristeza patológica , la toma de conciencia del sentimiento de tristeza no surge inmediatamente sino después de haber experimentado la angustia. Este sentimiento de resignación, de impotencia, llena toda la vida del individuo deprimido , en las esferas del pensamiento (tiene pensamientos negativos acerca de sí mismo, del futuro, pensamientos de inutilidad o culpa), del comportamiento (pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar haciendo actividades) y del propio cuerpo (insomnio, pérdida de apetito, fatiga, enlentecimiento motor). Por tanto no podemos considerar la depresión como una enfermedad, sino como el resultado de una manera de comportarse, de sentirse y de pensar.
Es muy importante conocer lo que les ocurre a las personas con depresión (qué piensan, qué sienten, cómo se comportan), para actuar de una manera adecuada con ellos. La familia en la mayor parte de los casos se encuentra desorientada , no sabe cómo actuar para ayudar. La ayuda más valiosa consiste en inducir a la búsqueda de un tratamiento adecuado. El deprimido por su pesimismo y su típica convicción de que «no tiene remedio», tiende a abandonarse a su destino y a no acudir a un profesional. Es recomendable actuar con serenidad, sin atormentarle y atormentarse, pero mostrando en todo momento cariño e interés.